El método más extendido en la clínica veterinaria para diagnosticar la leishmaniosis es la detección de anticuerpos anti-Leishmania mediante técnicas de diagnóstico serológico. Se realiza mediante la prueba de IFI que debido a su alta sensibilidad y especificidad es la prueba considerada de referencia. También mediante la IFI es posible determinar el título de anticuerpos, útil para realizar un protocolo posterior de actuación (tratamiento, monitorización,…)